sábado, 11 de febrero de 2012

LUIS HERNAN ALVAREZ UN GOLEADOR INNATO

La historia de Colo Colo está plagada de “monstruos” que con la camiseta blanca han roto cuanta red se les ha puesto por delante.
Desde el “Tigre Sorrel”, goleador del equipo en su primera vuelta olímpica; pasando por Alfonso Domínguez, quien se alzó como el “Pichichi” en el “Cacique” campeón invicto en el año 41′; O, y más actualmente, las brillantes actuaciones de Rubén Martínez, a principios de los noventa, o los goles y títulos de Lucas Barrios y Humberto “Chupete” Suazo.
Sin embargo, la historia “Popular”, sobretodo en el último tiempo, ha sido más que mezquina con, tal vez, uno de los más insignes goleadores que ha tenido la institución a lo largo de su historia: Luis Hernán Álvarez, goleador innato que tiene el record, hace ya 48 años, de haber marcado la mayor cantidad de goles en un solo torneo: 37 dianas.
Oriundo de Curicó, llegó a Colo Colo en 1958 como alternativa para Juan Soto Mura, Mario “Superclase” Moreno y Manuel “Colo Colo Muñoz, quien quemaba sus últimos cartuchos aquel año en el club, Álvarez llegaba con la responsabilidad de hacer olvidar la gran pérdida futbolística” que había sufrido el “Cacique” con la partida Jorge Robledo.

Aquella temporada, fue de dulce y agraz, tanto para Colo Colo, como para Luis Hernán Álvarez. El “Popular”, peleaba palmo a palmo el campeonato ante Santiago Wanderers.
De hecho, en la última fecha del torneo ambos cuadros llegaron empatados en puntaje, sin embargo, Colo Colo pierde en Viña del Mar ante Everton, y Wanderers logra un agónico empate con O’Higgins en Rancagua, resultado que lo catapulta a conseguir su primera estrella en el campeonato.
No obstante aquello, el “Cacique” curaría sus heridas levantando la primera edición de la Copa Chile -que se jugó en 1958-, y donde Luis Hernán Álvarez comenzaba a dar luces de que su vínculo con Colo Colo sería para siempre, al marcar en el empate a dos tantos ante Universidad Católica, y que le entregaría el título al “Popular” en el, aquel, novel torneo.
El espíritu guerrero y corajudo de Álvarez, unido a su valentía y al desprecio por el peligro, yendo al frente y no dando por perdida ninguna pelota, comenzaba a entusiasmar al hincha colocolino, y le generaba confianza en que el goleador curicano, que aquella temporada dijo presente solo dos veces en el marcador, pero que se las ingenió para anotar en el encuentro más importante del año para el club, teñiría de júbilo la institución.
Al año siguiente, Álvarez se tuvo que conformar con ver desde la banca como Colo Colo peleaba el título con Universidad de Chile.
Las soberbias actuaciones de Juan Soto Mura, Jorge Toro y Bernardo Bello le hacían casi imposible ganarse un lugar en el equipo titular.
Sin embargo, se las arregló para hacerse notar cada vez que le tocó entrar y se matriculó con tres dianas en aquel campeonato, que al final sería ganado por el elenco laico en un partido definitorio, tras llegar empatados al final de la temporada con el “Cacique”.


Poco a poco, el curicano se iba ganando un puesto dentro del equipo y en el corazón de la hinchada, pero el peso de figuras como Toro y Soto le impedía ser titular indiscutido… todavía. En el torneo de 1960, en el cual Colo Colo, tras sobreponerse a una profunda crisis a principios de año -donde, y luego de caer por 4 a 0 ante Everton, el técnico brasileño del equipo, Flavio Costa, dejaba su lugar para cederle el puesto a Hernán Carrasco, joven entrenador con nula experiencia a nivel adulto- se ungiría como campeón, bajando su octava estrella, Luis Hernán Álvarez participó en diecisiete de los veintiséis partidos que tuvo la competencia, aún así, y sin ser siempre de la partida, volvió a vestirse de gol, anotando en seis oportunidades. Su consagración con la camiseta blanca estaba cerca y su abnegación, unido al sacrificio que ponía en cada pelota comenzarían a darle réditos en la temporada que se avecinaba.

Si bien en el campeonato del 61’ Colo Colo tuvo que conformarse con el tercer lugar, fue aquella temporada en que Álvarez se consagró ya no como una alternativa en el ataque “Popular”, sino en una carta verdadera y potente de gol. En ese torneo, marcó 18 goles, hasta el momento, el lapso más prolífico en cuanto a goles de parte del ex jugador del Alianza curicano, en su estadía en el “Popular”. Asimismo, el jugador venido de Curicó siguió, sin quererlo, metiéndose en la historia bella del club.

En ese año, el “Cacique” disputó por primera vez la Copa Libertadores, y el club quedó emparejado con Olimpia del Paraguay, en los cuartos de final del torneo. En el primer partido, jugado en Santiago, “El Decano” se impuso por 5 goles contra. Sin embargo, en la vuelta, jugada en el Estadio Manuel Ferreira de Asunción, sería Colo Colo quien se quedara con la victoria, la primera para el club en la competición, y de la primera de visitante, además, donde Luis Hernán Álvarez, marcó el gol que le dio el triunfo por 2 a 1 al “Popular” en tierras guaraníes. En solo 3 años, y sin ser nunca titular indiscutido, el curicano ya había marcado 30 goles con la camiseta del club más importante de Chile, e, incluso, se había dado maña de marcar en el primer triunfo de la institución en el torneo de clubes más significativo de América.

En la siguiente temporada, en el año 62’, Colo Colo ya no contaba con Hernán Carrasco como su director técnico. Su lugar lo había tomado el argentino, Juan Manuel “El Charro” Moreno, célebre jugador de River Plate y que había vestido los colores de Universidad Católica en Chile. El entrenador tenía buenos jugadores a los que echar mano, entre ellos el mismo Álvarez, quien en aquel torneo dijo presente en 25 oportunidades en el marcador, adjudicándose para si más de un cuarto de la producción de goles del “Cacique” durante ese año, no obstante, el hecho de no conseguir el título y limitarse a mirar desde lejos como sus archirivales se peleaban la corona hacía que el trabajo concienzudo y laborioso del excelente futbolista curicano no fuera cien por ciento placentero. Pero el destino ya le sonreiría.

En la temporada venidera, Colo Colo comenzó el año con una profunda crisis, no futbolística, sino dirigencial: hacía diecinueve años, y bajo la administración de Robinson Álvarez, el club, para darle aún mayor identificación a la institución con el país, decidió no contratar a ningún jugador que no hubiese tenido nacionalidad chilena. Así, y aún cuando la disposición marcó un precedente que hizo que la multitud se identificara cada día más con los colores del “Cacique”, en el ámbito futbolístico no tuvo grandes resultados, pues en diecinueve temporadas, la escuadra había sido campeón tan solo en cinco oportunidades, situación que se vería acrecentada sobretodo los últimos dos años, cuando el “Popular” había perdido el campeonato a manos de sus más enconados rivales: Universidad de Chile, en el año 61’, y Universidad Católica, en el certamen del 62’.

Así las cosas, la dirigencia, ahora encabezada por Antonio Laban, decide terminar con la “chilenización” de Colo Colo, con el único objetivo de recuperar el poderío que en las últimas temporadas había extraviado. De esta forma, y con el adiestrador argentino, Hugo Tassara, quien había tenido, años antes, notables desempeños con las divisiones menores del club, más las contrataciones de Walter “Mandrake” Jiménez, argentino de excelentes dotes futbolísticas, venido de Independiente de Avellaneda, además de la contratación de la dupla de centrales de Santiago Morning, Hugo Lepe y Humberto “Chita” Cruz, la institución se preparaba para dar el zarpazo aquel año. El equipo tenía a la cabeza un técnico que conocía la interna del club; había llegado un refuerzo extranjero de peso; y la columna vertebral del equipo, con Escuti, Cruz, Jiménez, Valdés y Luis Hernán Álvarez, como carta de gol, le presagiaban un año plagado de éxitos al club más popular de Chile.


Y así no más fue. Cuatro triunfos en igual número de partidos, con 16 goles a favor y tan solo tres en contra, auguraban un campeonato brillante para Colo Colo. El equipo engranado que había formado Tassara ya daba frutos y Luis Hernán Álvarez, uno de los con mayor experiencia dentro de la escuadra, se alzaba como la gran figura, derrochando goles, buen juego y determinación en cada jugada. No obstante aquello, un par de empates y algunas derrotas hacen que el tranco perfecto del “Popular” decaiga en parte, situación que es aprovechada por Universidad de Chile para acortar distancias. El torneo se ponía aún más emocionante, pues los archirivales pelearían hasta el último partido por quien se quedaría con la gloria.

De esta forma, las últimas tres fechas fueron de infarto. El “Cacique” aventajaba por un punto al elenco laico y en esas postreras tres batallas se decidiría al nuevo campeón. La U le ganaba a Everton, y Colo Colo goleaba a Coquimbo, con Álvarez rompiendo redes. El elenco azul le robaba los puntos a Badminton y el “Albo”, a punta de goles, varios de ellos obra del curicano, le pintaba la cara a La Serena, humillándolo con un expresivo 7 a 1. Todo se definiría en el cotejo final. En jornada doble, el elenco universitario, como preliminar, recibía al, a noventa minutos de descender, O’Higgins; Colo Colo, por su parte, cerraba el certamen enfrentando a Universidad Católica, equipo que a la postre terminaría en la cuarta posición. Así, y a pesar de que durante el campeonato el “Popular” era el más serio candidato al título por el juego exhibido, un par de tropiezos hacían que la primera opción para quedarse con los laureles, aquella tarde de enero, la tuviera su más enconado rival.

Aún así, y a punta de calma y clase, Colo Colo se impuso a Católica. Ya no importaba que la U hubiese logrado el triunfo, pues, y con un trabajado 2 a 1, con goles de “Cua Cua” Hormazábal y Luis Hernán Álvarez, más el descuento de Néstor Isella, los dirigidos por Hugo Tassara, demostrando mejor juego, más disciplina y orden táctico, unido a una espectacular e irrepetible capacidad goleadora, situación que jamás se ha vuelto a repetir en el fútbol chileno, levantaban la copa, tras tres años de fracasos.

Tan espectacular fue la marca, hecha en gran parte por Luis Hernán Álvarez, que nunca, hasta el día de hoy, se ha podido batir. Con 103 goles en 34 partidos, Colo Colo rompió todos los records habidos y por haber. Con un promedio de 3 goles por encuentro, el “Cacique” tuvo a cuatro jugadores que marcaron más de 10 goles, destacando los 12 de Mario Moreno, los 14 de Enrique Hormazábal y los 22 de Francisco Valdés. Además de ostentar la tercera valla menos batida, alzando a Misael Escuti como gran figura bajo los tres palos, junto al “Chita” Cruz y Hugo Lepe como patrones de una sólida defensa.

No obstante todo lo anterior, quien se llevó todos los premios aquel año, fue el curicano Álvarez. Reafirmando y mejorando lo realizado en años anteriores, el ex delantero del Alianza marcó 37 dianas en 33 partidos que disputó, con una media de un gol por partido, aproximadamente. Así, se convertía en el jugador que más goles había convertido en un torneo en Chile. Además, y con aquella abultada cifra de goles, Luis Hernán Álvarez seguía marcando a fuego su historia con Colo Colo: en cinco años que llevaba defendiendo la camiseta del “Popular”, ya 91 veces se había empapado con las mieles del gol, lujo que muy pocos se habían dado. Finalmente, y como corolario de aquella espectacular campaña, hay que agregar que, y para hacer más meritoria aún dicha marca, los tantos anotados por él, absolutamente todos habían sido convertidos con pelota en juego. Ninguno de aquellos treintaisiete goles fue hecho con tiros de pelota muerta. Un mérito y una virtud que pocos, por no decir ninguno, en la historia del fútbol nacional se han podido endosar.

Así, aquella calurosa tarde de enero, Luis Hernán Álvarez se catapultaba a la prolífica galería de ídolos de Colo Colo. Su llegada humilde y en silencio dio paso a una enorme figura que hasta el día sigue ampliándose. Al año siguiente, y ya aquejado de problemas hepáticos, el jugador comenzó a alternar cada vez menos con la titularidad. Sin embargo aquello, también se las arregló para que durante la temporada 64’, sus goles hicieran delirar a su hinchada, marcando 9 tantos en el torneo nacional y 4 en la Copa Libertadores, donde llevó al club a quedarse con el cuarto lugar de aquella edición.

Finalmente, en 1965, y tras siete años de prolífica estadía, Luis Hernán Álvarez decía adiós a su querido Colo Colo, debido a una rebelde afección de salud, poniendo fin a un ciclo plagado de éxitos, donde levantó dos torneos nacionales y una Copa Chile, además de disputar dos Copa Libertadores de América, marcando 102 goles en torneos dentro de nuestras fronteras y 5 por torneos internacionales. Al año siguiente, Álvarez recaló en Magallanes, cuadro en el que mantuvo solo durante aquella temporada, y en la que se matriculó con 13 goles, adjudicándose para sí más del treinta por ciento de los goles que marcó ese equipo en el año 66’. Tras aquella incursión, puso fin a una exitosa y fructífera carrera como goleador.

Luis Hernán Álvarez, sencillo obrero del gol, digno exponente de la estirpe alba, llegó sigiloso a Colo Colo, con las ganas de ganarse un lugar en la historia grande del club, a punta de abnegación, dedicación y ganas. Así, y con osadía y goles, se metió resueltamente en el corazón de la hinchada, alzándose como el goleador más fecundo que ha pisado una cancha en Chile, defendiendo, para orgullo de todos nosotros, la tricota blanca que fundó Arellano.

jueves, 5 de junio de 2008

LOS MEJORES CINCO FUTBOLISTAS DE LA HISTORIA SEGUN LA IFFHS

Pelé fue elegido como el mejor futbolista de la historia por la IFFHS. Algunos de sus merecimientos son las tres copas del mundo que ganó con la selección brasileña.


El jugador nacido en Tres Corazones revolucionó el mundo del fútbol en Suecia 1958, cuando ganó la Copa del Mundo con apenas 17 años.


Johan Cruyff ganó tres Balones de Oro y es el exponente más conocido del "Fútbol total".


Para la IFFHS, el holandés Johan Cruyff fue el segundo mejor de la historia. El jugador nacido en Amsterdam comandó a la selección de su país en 1974, y con talento y estilo estuvo a un paso de quedarse con el título.


Beckenbauer hizo una brillante carrera en Bayern Munich, equipo donde ganó cinco Bundesliga de Alemania y tres Copas de Europa.


Frank Beckenbauer es el mejor zaguero de la historia. Elegante, con espíritu ofesnivo, el "Kaiser" ganó la Copa del Mundo en Alemania 1974.


Alfredo di Stéfano terminó cuarto en la encuesta gracias a su liderazgo en la etapa más gloriosa de Real Madrid, elenco donde ganó cinco Copas de Europa.


Nacido en el barrio de Barracas, en Buenos Aires, Di Stéfano jugó por la selección argentina y luego defendió a la selección de España. La "Saeta Rubia" le apodaban.


Para muchos, el mejor de la historia, Diego Armando Maradona brilló en la década de los '80 gracias a su virtuosismo con la zurda.


El '10' es un ídolo en Argentina y junto con marcar el gol más bello de la historia de los mundiales comandó a la selección albiceleste a conquistar el título en México '86.


Elías Figueroa es para muchos el mejor de Chile y en el listado de la IFFHS quedó 37º. Uno de los mejores zagueros de la historia, Don Elías es ídolo en Porto Alegre, donde defendió a Internacional.

Nacido en Villa Alemana, Figueroa ganó dos ligas de Uruguay, cinco campeonatos de Río Grande do Sul, dos campeonatos brasileños, y un título en Chile. Además, disputó tres mundiales, cosa inédita para un nacional.

LOS MEJORES GOLEADORES HISTORICOS POR CLUBES

Pelé encabeza el ranking de goleadores históricos por equipos


Edson Arantes do Nascimento (23 de octubre de 1940), alías Pelé, fue considerado uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol y en el ranking tiene la primera posición con 541 goles en 560 partidos jugador por los clubes Santos (Brasil) y Cosmos (EEUU) entre Pelé 1957 y 1977.


Josef Bican es el segundo goleador mundial en clubes


Josef Bican (25 Septiembre 1913 – 12 Diciembre 2001) fue un glorioso futbolista checo-austriaco que estuvo casi toda su vida ligado al Slavia de Praga y fue el segundo goleador de la historia del fútbol y el mejor jugador en la historia de todos los torneos de la Primera División checa. En el ranking figura con 518 goles en 341 partido jugados en 1931-1955.

Ferenc Puskas cierra la histórica terna goleadora

Ferenc Puskas (2 de abril de 1927 - 17 de noviembre de 2006) es una figura legendaria de la seleccción de Hungría y está considerado como uno de los mejores jugadores de la historia por su paso por Real Madrid. Puskas convirtió 511 goles en 533 partidos entre 1943-1966, lo cual le valió ser considerado en la tercera posición.


Romario de Souza Faria (29 de enero de 1966) es uno de los grandes goleadores brasileños de la historia del fútbol. Campeón mundial en 1994 y ganador del Balón de Oro al Mejor Jugador del torneo, entre otros títulos, jugó en Vasgo da Gama, PSV Eindhoven, Barcelona, Flamengo, entre otros clubes, donde marcó 489 goles en 612 partidos entre 1985 y 2007.


Roberto Dinamita fue un delantero brasileño considerado un mito viviente en Vasco da Gama, donde marcó la mayor parte de los 470 goles en 758 partidos entre 1971 y 1992, período en el que también tuvo un fugaz paso por Barcelona de España. Roberto Dinamita junto con Garrincha, Pelé y Zico, es uno de los cuatro grandes del fútbol brasileño que tiene un mural personalizado en el Estadio Maracaná.



Imre Schlosser-Lakatos (24 de enero de 1889 - 19 de julio de 1959) fue un wing húngaro de gran categoría, técnicamente bueno, muy inteligente, astuto y con mucha hambre de gol. Durante su carrera en Ferencvarosi FC de Hungría y MTK Hungaria FC, entre otros clubes, marcó 417 goles en 318 partidos entre 1905 y 1928.


Osvaldo Castro, también apodado "Pata Bendita", es una de las figuras más importantes del fútbol chileno. El copiapino destacó en Unión La Calera y Concepción por su potente disparo de pierna izquierda y su gran olfato goleador, siendo transferido al América de México en la época en que Enrique Borja y el también chileno Carlos Reinoso brillaban en la escuadra azulcrema. En la temporada 1973-1974 se convirtió en el máximo anotador del fútbol mexicano aportando para sumar 351 goles en 592 partidos entre 1966 y 1984.


Francisco Valdés (19 de marzo de 1943) se destacó por su dominio del balón, precisos pases en profundidad y certeros tiros libres y penales. Jugó toda su vida en el campeonato chileno, en donde se convirtió en el máximo goleador de la historia con 215 goles oficiales en 478 encuentros entre 1961 y 1983. Fue el cerebro y la máxima figura de Colo Colo vicecampeón de la Copa Libertadores de América en 1973.


Pedro González (17 de octubre de 1967), apodado "Heidi", es el segundo goleador histórico del fútbol chileno, con 212 goles en 545 partidos, tres menos que la marca de Francisco Valdés. Comenzó su carrera en Deportes Valdivia de su ciudad natal, para luego jugar en Unión Española, Coquimbo Unido y Cobreloa, aunque sus mayores éxitos los tendría en Universidad de Chile.


Iván Zamorano


Iván Luis Zamorano Zamora (18 de enero de 1967), también apodado como "Bam-Bam" o el "Helicóptero", es uno de las grandes futbolistas que ha tenido Chile en su historia, siendo recordado por su capacidad goleadora, su buen cabezazo y su aguerrida forma de jugar en clubes como Trasandino, Cobresal, Saint Gallen, Sevilla, Real Madrid, Inter de Milán, América de México y Colo Colo, además de ser el capitán de la selección chilena por varios años. Zamorano marcó 205 goles en 546 partidos entre 1985 y 2003, quedando en la posición número 276.